Todo lo que siempre quisiste saber acerca de las partes que forman una mula, pero que no te atreviste a preguntar. Al preguntarlo y ser respondido, empezaste a tomar conciencia de que una mula era algo más que tan solo cabeza, cola y cuatro patas (además de su inefable aroma).
Este documento manuscrito, pura y originalmente arapileño, parece sacado de entre los papeles con los que Albert Einstein explicaba su teoría de la relatividad. Sin embargo, aquí, lo único relativo era... por dónde te iba a venir la coz.
¡Qué hubiéramos hecho sin las odiadas, apreciadas, detestables, inestimables e imprescindibles mulas!
(Por cortesía del cabo 1º Mañero Martí, 1º/85)

Si quieres ver el gráfico en tamaño más grande, pincha aquí